# Meritocracia.txt # Derechos reservados (c) 2002 Sandino Araico Sánchez # Se permite ilimitadamente el uso, copia, redistribución con o sin # modificaciones siempre y cuando se mantenga el aviso de derecho de autor # y se anoten dentro de ésta sección de comentario las modificaciones # que se llevan a cabo conservando la historia de las modificaciones que # hagan las demás personas e indicando la fecha de cada modificación # y el nombre de la persona física responsable. # Modificaciones: # 2002-11-19 Sandino Araico Sánchez # Aviso de derechos de autor, licencia y sección de modificaciones A lo que nos referíamos por meritocracia en aquella reunión de los 10 años de Linux Pepe, Gunnar y vuestra servilleta (corríjanme si no es cierto) no tiene nada que ver con ser el más chingón ni con ser el evangelizador ni con ser el cagapendejos. Sencillamente se trata de que el software libre por su libre naturaleza se divide en muchos proyectos y no todos esos pequeños proyectos son de desarrollo. En cada uno de esos proyectos individuales se deben tomar decisiones y se puede optar por varios métodos como la autocracia, la democracia y, Oh si, la meritocracia. La meritocracia se ubica de manera individual en cada uno de esos pequeños proyectos y significa para cada uno de ellos que la persona que más ha trabajado en el proyecto, la que más le ha hechado los kilos, la que más se ha desvelado en el proyecto, etc... es la que más derecho tiene de decidir el rumbo del proyecto. Ahora, lo que sucede en muchos proyectos llamativos es que de repente se junta mucha gente y todos comienzan a opinar y se vuelve una interminable lluvia de ideas. En estos casos la meritocracia sirve para salir de ese ponerse de acuerdo sobre cómo ponerse de acuerdo y dar el paso siguiente que consiste en otorgarle el poder de decisión al pequeño grupo de 5 o 10 personas que en realidad están trabajando activamente en el proyecto. Y claro, el exito del proyecto depende de que esas pocas personas del pequeño grupo que está trabajando activamente sepan escuchar al resto de la comunidad y sepan integrar todas las buenas ideas al proyecto, pero eso ya entra más en el campo de la selección natural que en el de la meritocracia. Por otro lado, en proyectos mas pequeños, suele darse el caso de que el meritócrata es uno solo que se la pasa toda la vida trabajando solito en el proyecto. En este caso el meritócrata se convierte en autócrata, éste es el caso de los orígenes de Linux donde su autor original estuvo mucho tiempo trabajando solito en su proyecto antes de que entraran otras personas a ehcharle la mano. Pero el efecto sigue siendo el mismo que con el proyecto grande, las reglas de la selección natural se aplican inmisericordemente para decidir que proyecto será exitoso y qué proyecto se extinguirá. Y, desde luego, se da el caso de que la gente muy chingona de repente se vuelve autoridad en un proyecto por méritos propios y dentro de una comunidad suficientemente cerrada resulta muy fácil darse cuenta de quién es en realidad un chingón y quién es tan solo un charlatán. Y, como todo en este ambiente de la libertad, el meritócrata está en su propia libertad de tomar la autoridad del proyecto o de dejarla en el limbo para que alguien más con suficientes méritos la tome. El lado negativo de éste uso de la libertad es la razón por la cual muchos proyectos son abandonados ya que nadie se quiere hacer cargo de ellos. Y esta es también la razón por la cual algunos proyectos interesantes que durante algún rato parecen abandonados, de repente vuelven a cobrar vida y en manos de alguien más, algunas veces siguiendo el mismo rumbo y otras veces tomando un rumbo nuevo. De ahí que, siendo tan específico el alcance de la meritocracia, no es correcto hablar de meritocracia en un ámbito general, ya que quien es bueno para un proyecto puede no serlo para otro y, encima de eso, quien es bueno para un proyecto puede que no le interese participar y entonces su opinión en ese proyecto específico tiene menor validez que la de las personas que se encuentran trabajando de lleno en el proyecto. Cabe aclarar que el hecho de aportar una opinión respecto al desarrollo de un proyecto es en si una manera de colaborar con el mismo, pero le corresponde al ejecutor, al meritócrata, la decisión de tomar en cuanta o no la opinión del experto para incorporar el conocimiento resultante dentro del proyecto. Por otro lado, es importante distinguir la diferncia entre meritocracia y liderazgo. Si bien es cierto que en proyectos grandes y exitosos como Linux, Perl, GNU, el meritócrata ha resultado ser un buen líder al que mucha gente está dispuesto a seguir, existen otros proyectos como PHPNuke donde el meritócrata resultó no ser tan buén líder y parte de la comunidad al rededor del proyecto se separó haciendo uso de su libertad hacia la formación del proyecto PostNuke. Existe también el caso del proyecto NetBSD de donde se separó un líder para la formación de su propio proyecto OpenBSD con un camino distinto a seguir permitiendo al mismo tiempo que NetBSD siguiera su propio camino. Y, por otro lado, hay proyectos como (tal vez no sea el mejor ejemplo) HURD, con muchas ambiciones, muchos avances tecnológicos, muchos años de trabajo de un grupo de meritócratas y que nomás no ha sido capaz de jalar la suficiente gente trabajando en conjunto (masa crítica) para llegar a la calidad de producción y se seguirán usando su propia estructura meritocrática para tomar las decisiones sobre el rumbo del proyecto pero sin un buen líder se seguirán matando tratando de hacer un trabajo tan grande que solo un grupo mucho mayor de personas lograría concretar. Y, por otro lado, cuando el proyecto es lo suficientemente pequeño para que el liderazgo venga valiendo cacahuates, resulta ser que el meritócrata es el único que está trabajando en el proyecto y es su propio proyecto y tiene la libertad de hacer con su propio proyecto lo que se le pegue la gana y, si existe alguien a quien no le parezca, está en su completa libertad de tomar el proyecto, aplicarle un fork() y derivar su propio proyecto que se vaya por otro rumbo.....